Logo de la bodega, vista de los viñedos e Ignacio Gómez Legorburu probando las uvas

Bodegas Aldonia

El primer proyecto de Aldonia nos lleva a la cuarta generación de una familia dedicada plenamente a la viña y el vino, cuando, a finales del s. XIX, el bisabuelo empezó a comprar viñedos por la zona, los cuales tuvieron sus hijos que replantar tras la plaga de la filoxera. Con la Guerra Civil, la bodega quedó prácticamente inservible y destrozada.

El nuevo proyecto Aldonia nace de la amistad de unos amigos que se unen para seguir haciendo vino de calidad. Durante los trabajos de restauración de la bodega, encontraron bajo tierra la antigua puerta forjada, y es uno de sus dibujos el que tomaron como logotipo de la nueva empresa, honrando así la memoria de todos aquellos que tanto sufrieron en el pasado.

En Aldonia tienen en cuenta las condiciones climatológicas, la maduración de la uva, los parámetros de cada cosecha a la hora del envejecimiento en las barricas... y, por ese motivo, no se rigen por la típica clasificación de crianza, reserva o gran reserva a la hora de etiquetar sus vinos, ya que varía en función del año.

En la actualidad, poseen 16 hectáreas de viñedo, de las cuales 10 son de tempranillo y el resto mazuelo, graciano y garnacha, y, en uva blanca, viura, malvasía y calagraño (vieja variedad autóctona de la Rioja).