La hospitalidad de los Pueblos ha velado siempre por facilitar esta peregrinación erigiendo refugios, albergues y hospitales en los que gozan de preferencia los mas necesitados.
El peregrino no puede exigir nada por su condición de tal, sino agradecer la ayuda recibida.
Muchos de los albergues carecen de subvenciones y deben mantenerse con la colaboración de los mismos peregrinos.
Al llegar al refugio muestra tu credencial sin esperar a que te la pidan.
Acata las normas de cada refugio y atiende las indicaciones de los hospitaleros.
Manten limpios los refugios en que pernoctes y cuida sus instalaciones.
Respeta en ellos el descanso de los demás.
Si caminas en grupo organizado o en bicicleta conviene que te busques previamente un cobijo alternativo o distinto de los refugios de peregrinos.
Esta credencial podrá serle retirada por un uso indebido de la misma.
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